David Bowie, la legendaria estrella del rock de 69 años, murió ayer en Nueva York, víctima del cáncer. Así se anunciaba, hacia las 7.30 de esta mañana, en los perfiles oficiales del artista en Facebook y Twitter. “David Bowie ha muerto en paz hoy rodeado de su familia, después de una valiente lucha de 18 meses contra el cáncer. Mientras muchos de vosotros compartiréis la pérdida, pedimos respeto a la privacidad de la familia durante su tiempo de dolor”.
La noticia fue confirmada poco después, también en Twitter, por su hijo, el director de cine Duncan Jones. “Lamento mucho y me entristece decir que es verdad”, ha escrito. El representante del artista ha confirmado también la noticia, según citan diversos medios británicos. El primer ministro británico, David Cameron, también ha lamentado la “enorme pérdida” de un “maestro de la reinvención”. “Crecí escuchando y viendo al genio del pop David Bowie”, ha escrito en Twitter.
David Bowie llevaba 18 meses luchando contra el cáncer y finalmente ha perdido la batalla, pero eso no le impidió seguir trabajando hasta el final. El día 7 de enero publicó su último videoclip ‘Lazarus’, el segundo single de ‘Blackstar’. Muy en su línea de sorprender en cada verso, el artista inglés parecía estar despidiéndose con frases como “mira aquí arriba, estoy en el cielo”, “no tengo nada más que perder” y “seré libre”.
Con los ojos vendados y postrado en una cama de manicomio, David Bowie interpretaba su tema de despedida en una especie de lecho de muerte. Otra vez el músico transportaba a sus seguidores a un mundo transgresor, trastornado y que no deja indiferente a nadie.
El videoclip de ‘ Lazarus ’, algo más breve que la canción original, fue dirigido por Johan Renck, el mismo que se hizo cargo del vídeo de ‘Blackstar’.